Patricio Silva González
psilva@innovalaw.com.mx
Egresado de la Escuela Libre de Derecho
La palabra «fideicomiso» puede escucharse en distintos lugares, tales como una cena familiar, una plática entre amigos, e incluso es una palabra recurrente en los medios de comunicación al hablar del desarrollo de un proyecto de infraestructura gubernamental o privado, o alguna transacción importante de grandes empresas.
La intención de este breve artículo es explicar brevemente el fideicomiso y sus características más importantes, mencionando algunos ejemplos.
Primero que nada, el fideicomiso es un contrato mercantil previsto en el artículo 381 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, por virtud del cual, una persona llamada fideicomitente transmite la propiedad de ciertos bienes a otra persona llamada fiduciario para que los use en fines lícitos y determinados en beneficio de un fideicomisario.
¿Quiénes son parte del fideicomiso?
- Fideicomitente: Es la persona – física o moral – que transmite a una institución fiduciaria la propiedad de uno o varios bienes de los cuales es titular, para cumplir con uno o varios fines específicos.
- Fiduciario: Es la persona moral encargada de administrar los bienes que el fideicomitente le aportó en un contrato de fideicomiso, y está encomendado a realizar los actos necesarios para cumplir con los fines que estableció el fideicomitente; lo más común es que los fiduciarios sean instituciones financieras, es decir, bancos.
- Fideicomisario: Es la persona – física o moral – que se beneficia de los bienes que se aportaron al fideicomiso.
Una persona misma puede tener el carácter de fideicomitente y fideicomisario en el contrato de fideicomiso, además de que puede haber tantos fideicomitentes y fideicomisarios como sean necesarios.
¿Qué puedo aportar a un fideicomiso?
Pueden aportarse a un fideicomiso toda clase de bienes y/o derechos de los cuales la persona que los aporte (fideicomisario) sea propietario.
¿Cuánto tiempo dura un fideicomiso?
La única restricción sobre la duración del fideicomiso, es que este no puede durar más de 50 años.
Entonces, el fideicomitente aporta bienes al fiduciario para fines específicos, pero… ¿Cuáles podrían ser fines del fideicomiso?
Solo hay una restricción para los fines del fideicomiso, y esta es que siempre deben ser lícitos y estar determinados.
Es importante tener en cuenta que cuando el fideicomitente «aporta» un bien o un derecho al fideicomiso, éste deja de ser propietario de dicho bien o derecho, y el fiduciario se vuelve el dueño, pero el fiduciario no puede decidir vender, rentar o donar estos bienes aportados en fideicomiso, pues siempre debe actuar conforme a las instrucciones del fideicomitente o cualquier otra persona que en su momento se determine en el contrato de fideicomiso. Así, se dice que el fiduciario siempre deberá actuar como buen padre de familia, pues debe ser responsable de las pérdidas o menoscabos que los bienes en fideicomiso sufran por su culpa.
Se pueden aportar al fideicomiso bienes muebles o inmuebles, acciones de sociedades mercantiles, dinero, y cualquier derecho que el fideicomitente tenga a su favor, como puede ser el derecho que se tenga a cobrar alguna deuda, o simplemente establecer que los pagos de alguna empresa sean pagados a la cuenta del fideicomiso.
Enlistar todos los fines que puede tener un fideicomiso sería ocioso, pero a continuación explicaré dos ejemplos del uso del fideicomiso en la vida cotidiana:
(i) Prestamos realizados por bancos a empresas.
Es común que los bancos condicionen el préstamo de determinada cantidad de dinero a la existencia de un contrato de fideicomiso para garantizar el pago de la deuda en caso de incumplimiento al pago por parte de la empresa, con el objetivo de evitar largos y tediosos procedimientos en vía judicial que podrían tomar años.
Así, la empresa aporta uno o varios inmuebles al banco, con el fin de garantizar el pago del préstamo al banco, y el banco entrega el dinero a la empresa. Una vez que la empresa pague la totalidad de la deuda al banco, terminan el contrato de fideicomiso y la garantía, es decir el o los bienes aportados por la empresa, regresan al patrimonio de la empresa. En caso de que la empresa no pueda pagar el préstamo, el bien que se aportó se volvería propiedad del banco.
(ii) Fideicomisos familiares.
En pláticas con amigos o familiares, o incluso en películas y programas de televisión es común escuchar que a alguna persona le dejaron un fideicomiso, a continuación explico a qué se refiere esto con un ejemplo:
Una persona mayor tiene cinco casas y decide aportarlas a un fideicomiso junto con una cantidad de dinero que se estará invirtiendo constantemente, con el fin de que, cuando cada uno de sus cinco nietos cumplan 30 años de edad, reciban una casa y una parte del dinero del fideicomiso. Hasta que los nietos no cumplan 30 años de edad no tendrán acceso a los bienes del fideicomiso, y aún cuando muera el fideicomitente, el fideicomiso sigue existiendo y nadie podría reclamar los bienes que fueron aportados al mismo.
Conclusión
Los fideicomisos pueden tener muchos fines, y es común verlos en la vida cotidiana por que dan seguridad a las personas al momento de realizar ciertas transacciones o encomendar al fiduciario la administración de ciertos bienes por un tiempo determinado. Por otro lado, al considerar la constitución de un fideicomiso, hay que tener en cuenta el costo que esto implica, ya que es un servicio (prestado comúnmente por un banco), y como tal los costos pueden ser elevados.
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