Tradicionalmente se ha dicho que una empresa tiene dos opciones para hacerse de recursos: el crédito y el capital, o, dicho en otras palabras, pedir prestado o emitir acciones. En cuanto a estas formas de financiamiento no hay una opción que sea mejor de otra, la selección dependerá de lo que busque la empresa y una y otra tendrán distintas implicaciones jurídicas (corporativas, fiscales, etc.) y contables.