Vivimos actualmente en un país donde se hace realmente poco para fomentar el emprendimiento y la formalización de empresas. México es un país donde dar el salto a la formalización de un negocio implica un proceso costoso, engorroso, tardado y que, al menos en apariencia, no presenta ningún beneficio para aquellos micro y pequeños empresarios que se encuentran en la informalidad.